El martes 13 de junio, la Iglesia celebra la fiesta de San Antonio de Padua, un santo portugués que ha suscitado una fuerte devoción entre los católicos de diferentes partes del mundo. Al ser un gran teólogo, también recibió el título de Doctor de la Iglesia, y hoy por hoy su espiritualidad franciscana es fuente de inspiración para muchos cristianos. Además, su creciente popularidad también se debe a las múltiples gracias y milagros que se obtienen por medio de su intercesión. A continuación unos datos clave sobre este maravilloso santo:
San Antonio, el taumaturgo: durante su vida, San Antonio realizó muchas sanaciones y milagros sorprendentes, que incluso continuaron después de su muerte, de tal modo que fue canonizado a tan solo 11 meses de haber partido al Cielo. Por lo tanto, nosotros podemos confiar nuestras oraciones e intenciones, aun desesperadas, a este gran santo, quien no en vano es conocido como;el santo de los milagros;.
San Antonio, patrono de las cosas perdidas: tras haber encontrado unos manuscritos perdidos en una cueva, San Antonio se convirtió en el santo a quien le confiamos todo lo perdido: un objeto, una persona, nuestra esperanza, nuestra paz... ¡Pidamos con confianza su ayuda para encontrar aquello que no podemos hallar por nosotros mismos!
San Antonio, patrono de los enamorados: recordemos que San Antonio acoge todas las penas y los anhelos del corazón: él puede interceder ante el Señor para encontrar nuestra alma gemela, reavivar un amor perdido o fortalecer nuestra relación amorosa, sencillament porque es el santo protector de los enamorados.
En este mes de junio, la invitación es a no dejar de rezar a este gran santo, que es tan cercano a nosotros. Lo podemos hacer a través de una trecena (el 13 el número de San Antonio, así que podemos rezarle durante 13 días, en lugar de los nueve días que se acostumbran a ofrecer tradicionalmente durante una novena), o por medio de las letanías a San Antonio, muy bellas y populares.
¿Te animas a rezar a San Antonio durante el mes de junio?
Escrito por: Alice OllivierTraducido y adaptado del francés por: Sharael Sánchez
Artículo en colaboración con Hozana.org | Imagen de Carlos Daniel de Cathopic