Barcelona tiene dos patronas de larga tradición popular: la Virgen de la Merced, al inicio del otoño, que es la de mayor dimensión histórica y mayor arraigo, y la de Santa Eulalia, que es la fiesta mayor de invierno. En torno a ellas, a lo largo del tiempo, el pueblo ha ido celebrando año tras año fiestas que han generado costumbres y tradición.
No es algo extraordinario, ya que todas las poblaciones de nuestro país tienen en torno a una identidad religiosa la celebración popular, hecho que las ha transformado en un patrimonio cultural y tradicional. En ocasiones, este patrimonio ha llegado hasta el extremo de casi perder el hilo que lo conecta con la creencia religiosa, como la gran celebración de la Patum de Berga.
Sin embargo, lo que es evidente es que la fiesta en la calle tiene un correlato también popular de signo religioso, cuyo centro suele ser la misa, que puede ir acompañada de otras manifestaciones. Por ejemplo, en el caso de la Mercè, este domingo 22 de septiembre, la procesión de las 18.30 horas se trasladará desde la Basílica hasta la Catedral. Además, como es lógico, estará la misa del día 24.
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