P. Fermín Delgado: "Barcelona y la Orden de la Merced son dos caras de la misma moneda"
Entrevista realizada por la agencia de comunicación religiosa Carisma Comunicació
La Virgen de la Merced es la patrona de Barcelona desde 1687, pero es venerada desde el siglo XIII. Una advocación mariana 100% barcelonesa que la Orden de la Merced se ha encargado durante siglos de trasladar al mundo. En ocasión de la celebración de la Merced de este año hemos querido hablar con el Padre Fermín Delgado, mercedario y rector de la Basílica de la Mercè de Barcelona.
Primero nos gustaría conocer un poco más de usted. ¿De dónde surge su vocación, en especial la mercedaria?
Vengo de una familia que siempre ha sido practicante, no vinculada a ningún movimiento. Una familia de cristianos normales y corrientes. De hecho, el hermano de mi madre estuvo a punto de ser sacerdote y el primo de mi abuelo lo fue, y fue mártir durante la guerra civil.
Ya más adelante, cuando tenía 12 años, nos vino a visitar un primo en Reus, donde vivíamos con mi familia. Fue a visitar el Seminario mercedario que en ese momento había en la ciudad, pero finalmente no acabo entrando, aunque a mí esa idea se me quedo desde ese momento. Fue entonces cuando empecé a insistir a mis padres para que me lo enseñaran hasta que finalmente cedieron. Cuando fui por primera vez nos hicieron una visita por el seminario, había más de 100 chavales por aquel entonces y se le deba mucha importancia al deporte, cosa que a mí me atrajo mucho. ¡Incluso teníamos una liga con otros colegios de Reus, con muchos más alumnos que el nuestro, y aun así arrasábamos! Éramos una especie de trogloditas del deporte.
También era un lugar privilegiado para el estudio y tuve la suerte de tener a grandes profesores y formadores. En definitiva, vi que era un sitio en el que podía crecer mucho tanto espiritualmente como intelectualmente.
Después pasaron los años y tenías que decidir si hacer o no el noviciado, y yo en ese momento no lo hice. Opté por hacer el COU en otro sitio, pero al acabar el año vi que aquello me dejaba un vacío y que no acababa de ser mi sitio. Por eso volví a hablar con los formadores del seminario de Reus y me propusieron seguir mis estudios en Valencia y al año siguiente ya entré en el noviciado. Poco a poco fui siguiendo los pasos y hasta hoy.
¿Cuál es el vínculo de la Orden con la ciudad de Barcelona?
El vínculo es tal que podríamos llegar a decir que más que Barcelona haya hecho un favor a los mercedarios, son los mercedarios los que han hecho un favor a Barcelona. Los mercedarios estamos en los 5 continentes y allí donde hay una comunidad mercedaria también está presente Barcelona. Siempre tenemos en nuestra memoria y símbolos esta ciudad. En los cánticos propios de la Orden, la fundación, Sant Ramon de Penyafort, Berenguer de Palou… y nuestro escudo, que es la unión de los símbolos de la Corona de Aragón y el Obispado de Barcelona. Todos estos símbolos representativos de los mercedarios y de la ciudad te los puedes encontrar allí donde estamos: Corea, EEUU, Mozambique, etc.
La Orden de la Merced ejerció de embajadora de la ciudad de Barcelona. Incluso en la Edad Media, que no fue tan oscura como a veces nos la pintan, los mercedarios ya hablaban del respeto a la dignidad humana y contra la esclavitud. Es la antesala de lo que ahora se llaman Derechos Humanos. ¡Aquellos que no conocen la verdadera historia explican que estos beben de la Revolución Francesa, pero ni mucho menos! Es la propia raíz cristiana de Europa que permite esa concepción.
Por toda esta historia común podemos afirmar que Barcelona y la Orden de la Merced son dos caras de la misma moneda. No se entiende una sin la otra. Por desgracia, muchos barceloneses no conocen esta historia común tan potente que tiene la ciudad con la Orden y su Virgen de la Merced. Barcelona debe ser de las pocas capitales de España que desconoce la historia de su fiesta patronal hasta este punto. Es como si te invitan a un cumpleaños, te hartas de tarta y Coca Cola y no sabes qué haces allí ni por qué.
-¿Cómo podemos recuperar ese vínculo?
Un primer paso sería cuidar más esta basílica. Nosotros, por ejemplo, no recibimos ni un duro del Ayuntamiento. No solo eso, sino que cuando hay pintadas en la fachada, que es patrimonio arquitectónico de la ciudad, somos nosotros quien debemos pagar la reparación, con las debidas tasas y además con todas las regulaciones y obstáculos que nos pone la administración.
Me gustaría que esta gran ciudad que es Barcelona despertara, saliera de la decadencia en la que se encuentra en muchos aspectos y empezara a centrarse en si misma y en recuperar y valorar el patrimonio que tenemos. ¡Espero que este cambio no tarde mucho en llegar!
-¿Qué espera de la celebración de este año?
Deseo que sea un día para que todos los barceloneses puedan celebrar a su patrona. Algunos con más sentido religioso, otros con menos, pero que sea una ocasión para la celebración, la felicidad y nos ayude a convivir más fraternalmente.
También es un día para dedicar una mirada especial a la Virgen. El día de la Merced vienen centenares de personas a la basílica a dejar su vela, su oración, su pequeña limosna, las flores a la Virgen y también a participar en alguna de las muchas misas que realizamos ese día. Empezamos a las 8:30 de la mañana, pasamos todo el día con eucaristías dedicadas a diferentes grupos, también en lenguaje de signos para los sordomudos, y terminamos a las 20:30?h de la noche.
También es una buena ocasión para tener presente y colaborar con la acción social que lleva a cabo la Basílica. Nos esforzamos en dar la dignidad que se merece todo ser humano que acude a esta iglesia, ya sea con ropa, servicio de duchas y con todo aquello que podemos.
La Basílica está siempre abierta y cualquiera es bienvenido, sea religioso o no. San Agustín se convirtió porque se encontró la iglesia abierta y escuchó predicando a San Ambrosio. Si hubiera estado cerrada hubiera sido imposible. Aquí radica también nuestro esfuerzo.