Después de que el Papa Pío IX declarara la Virgen de la Merced patrona de la ciudad (1868) a instancias del Obispo de Barcelona Mn. Pantaleón Montserrat, Barcelona empezó a celebrar sus fiestas patronales en septiembre; un mes muy apropiado para ello pues las principales actividades agrícolas habían terminado y era el momento de dar gracias por las cosechas y celebrarlo. De este modo en 1871 se instauran las fiestas patronales de la ciudad de Barcelona desde la perspectiva civil, fijando el 24 de septiembre como día de la fiesta mayor, siendo obligatoria la fiesta laboral. De este modo el 24 de septiembre queda fijado en el calendario con letras doradas para celebrar la fiesta civil y religiosa de la Patrona de la ciudad: el día de la Mare de Déu de la Mercè.
La Merced como fiesta tomó vuelo en 1902, cuando bajo el impulso de Francesc Cambó, se celebró una Fiesta Mayor que se convirtió en modelo de las que todavía hoy tienen lugar en toda Cataluña. De todos modos, la fiesta de la Merced sufrió muchos altibajos debidos la guerra civil, las carencias de la posguerra y los años del franquismo, donde la fiesta volvió a resurgir con la jubilosa participación de todos los barceloneses.
Con la llegada de la democracia, la Merced alcanzó el carácter de fiesta auténticamente popular, gracias a la colaboración de entidades de toda la ciudad. Hoy, la Mercè es una fiesta que ocupa festivamente un gran número de espacios públicos con una programación centrada en la cultura mediterránea. En menos de una semana, Barcelona reúne una programación ingente de artes de calle, pasacalles, conciertos, bailes tradicionales y otras muchas actividades que dan a la ciudad un aire muy alegre y jovial. Todas estas actividades lúdicas de la Merced son, en realidad, un compendio de la cultura popular de toda Cataluña. Aparece la sardana gerundense, los castillos y los diablos del campo de Tarragona, las danzas que aún hoy se mantienen vivas por toda la geografía catalana, así como la algarabía provocada por las collas de gigantes y cabezudos.
LA FIESTA RELIGIOSA
En el plano religioso, nueve días antes de la fiesta se celebra la NOVENA dedicada a la Virgen. Tras el rosario solemnemente rezado en el que se intercalan detrás de cada misterio las estrofas cantadas de los gozos, con acompañamiento de órgano, tiene lugar la santa Misa. Cada día de la novena la Misa es presidida y predicada por un sacerdote diferente y, en ocasiones, por obispos.
El sábado o domingo anteriores a la fiesta de la Mare de Déu, tiene lugar la procesión solemne que parte de la Basílica con destino hacia la catedral, donde tiene lugar la Santa Misa. En el altar la imagen de la Virgen de la Merced preside toda la celebración, con la catedral abarrotada de feligreses, autoridades civiles y militares y personajes insignes de la ciudad.
La víspera de la fiesta está protagonizada por la Germandat de la Mare de Déu de la Mercè, con la Misa de víspera de la gran fiesta. Suele estar presidida por alguno de los Obispos Auxiliares de la diócesis de Barcelona.
El día grande es el 24 de septiembre. Les referimos a la carpeta del menú principal para informarles con precisión de los actos litúrgicos, que tendrán lugar durante el día de la fiesta de nuestra patrona. Aparecen también los horarios de las diferentes celebraciones. La misa mayor, que cuenta con la presencia de las principales autoridades de la diócesis y de la ciudad, siempre tiene lugar a las 10 30 de la mañana. Para asistir a esta eucaristía es imprescindible presentar la acreditación pertinente.
Durante todo el día los devotos de la Mare de Déu van pasando delante del camarín de la Virgen para expresar ante ella sus ruegos, súplicas, oraciones, acciones de gracias,… Todos expresan desde lo más profundo de sus corazones la letanía tradicional y tan repetida durante tantos siglos: "Mare de Déu de la Mercè, Princesa de Barcelona, pregueu per nosaltres".